Septiembre: mes de la prevención del suicidio y de hablar de lo que duele

Septiembre no es solo el mes de la vuelta a la rutina o de los nuevos comienzos. También es el mes de la prevención del suicidio, una fecha clave para recordar algo que a veces olvidamos: hablar de lo que duele puede salvar vidas. El 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, y alrededor de esta fecha el mundo entero se detiene un momento para poner el foco en un problema real, urgente y demasiado silenciado.

El suicidio no es un acto repentino ni un tema tabú del que se deba huir. Es la consecuencia de un dolor emocional profundo que muchas veces se vive en silencio. La psicología nos muestra que, cuando una persona llega a pensar en quitarse la vida, no desea realmente morir: desea dejar de sufrir. Y ahí es donde entra la importancia de la prevención. Escuchar, acompañar y ofrecer apoyo puede marcar la diferencia.

Este mes es una invitación a hablar sin miedo. A mirar de frente la realidad de que miles de personas, de todas las edades y condiciones, atraviesan pensamientos suicidas cada día. A reconocer que la salud mental es tan importante como la física y que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía. El silencio estigmatiza, mientras que la conversación abre caminos hacia la comprensión y el alivio.

Si en este septiembre te sientes identificado con ese dolor, quiero recordarte que no estás solo. Que hay salida, aunque ahora mismo no la veas. Que hablarlo con un profesional puede darte herramientas para sostenerte en medio de la tormenta. Y que pedir ayuda es un paso hacia la vida, no hacia la derrota.
También es un llamado para quienes rodean a alguien que está sufriendo: no hace falta tener todas las respuestas, a veces basta con escuchar, con estar presentes, con acompañar sin juzgar. La prevención del suicidio es responsabilidad de todos, porque cada palabra de apoyo, cada gesto de cercanía, puede ser ese hilo que alguien necesita para no soltarse.

En A Terapia con Miriam creemos que cada historia merece ser contada, escuchada y acompañada. Si estás pasando por un momento oscuro o conoces a alguien que lo esté, no dudes en pedir ayuda.