“Número Desconocido”: el síndrome de Munchausen por poderes y la traición desde casa

El documental Número Desconocido: un escándalo de ciberacoso escolar, que arrasa en Netflix, ha dejado al mundo en shock. Lo que parecía una historia de bullying digital se convierte en un caso de terror psicológico cuando se descubre que detrás de los mensajes anónimos no estaba un acosador cualquiera, sino la propia madre de la víctima. Esa revelación nos lleva a hablar de un trastorno poco conocido pero muy real: el síndrome de Munchausen por poderes.

Este síndrome, también llamado trastorno facticio impuesto a otro, describe un patrón en el que un cuidador —en muchos casos, la madre— finge, exagera o incluso provoca problemas de salud o situaciones de daño en sus hijos para obtener atención, compasión o control. No se trata de una simple manipulación: es un trastorno psicológico que genera dinámicas familiares destructivas, donde la víctima queda atrapada entre la dependencia y el miedo.

En Número Desconocido, el ciberacoso ejercido por la madre encaja con este patrón de abuso. No es solo un acto de crueldad, es la expresión de un trastorno en el que la figura protectora se convierte en la fuente de peligro. Lo que debería ser refugio se convierte en cárcel, y la confianza se quiebra de la manera más brutal. Para la víctima, las secuelas no se limitan a los años de acoso, sino a un trauma mucho más profundo: la imposibilidad de sentirse segura en el lugar donde debería encontrar cuidado y amor.

Psicológicamente, el síndrome de Munchausen por poderes nos obliga a reflexionar sobre los límites de la vulnerabilidad. ¿Cómo puede alguien reconstruirse cuando la traición viene de la persona que más debía protegerle? La respuesta está en reconocer el dolor, validarlo y acompañarlo con un proceso terapéutico profundo que devuelva la autonomía y la confianza. La sanación no consiste en olvidar, sino en reaprender que el cuidado existe, aunque en su origen fuera distorsionado.
La historia de Número Desconocido no es solo un documental impactante; es un recordatorio de la importancia de hablar de lo que se calla. El síndrome de Munchausen por poderes puede parecer raro, pero existe, y la única manera de proteger a quienes lo sufren es sacarlo a la luz. Hablar de estas dinámicas no es morbo, es prevención y conciencia.

Si alguna vez sentiste que lo que más dolía no era lo que te hacían desde fuera, sino la traición de quien debía cuidarte, no estás sola. Poner palabras a esa herida es el primer paso para empezar a curarla.

En A Terapia con Miriam acompañamos procesos de trauma, abuso y traición emocional, para que puedas recuperar tu voz y tu confianza. Escríbenos, porque sanar es posible, incluso cuando la herida viene de más cerca de lo que imaginabas.